La vestimenta, un regalo divino
La vestimenta, un regalo divino Indudablemente, en concordancia con las características psíquicas y físicas del hombre, la creación de ropas y vestimentas y el vuelco natural hacia ellas se considera una de las gracias y regalos divinos.
Dice el Generoso Corán en cuanto a la creación de la vestidura:
«¡Oh, hijos de Adán! Hemos hecho bajar para vosotros una vestidura para cubrir vuestra desnudez y para ornato. Pero la vestidura del temor de Al·lah, ésa es mejor. Ese es uno de los signos de Al·lah. Quizás, así, se dejen amonestar»(Sura Al-A‘râf, 7: 26).
Algunos exegetas han interpretado “el descenso de la vestidura” como que Dios, por
medio de hacer descender la lluvia, hace crecer plantas de algodón de la tierra y cría los
ganados a fin de que los seres humanos confeccionen sus vestimentas con su algodón, lana y pieles, y de esa manera, por un lado se cubran a sí mismos, y por otro lado se engalanen.
Naturalmente este tipo de vestiduras solo cubren el cuerpo de la persona, y eso no es suficiente. Lo que otorga valor real al espíritu humano es la vestidura de la piedad, vestidura que adorna el espíritu del ser humano.