Un ejército inigualable
El Enviado de Dios (B.P.) acostumbraba, cuando tomaba algún distrito, asumir la responsabilidad de las cuestiones políticas y religiosas de la zona mientras se encontrara allí. Al momento de abandonar el lugar confería su autoridad a diferentes personalidades. Eso se hacía necesario pues los habitantes de esos lugares sólo conocían el antiguo sistema en que habían vivido, basado en la idolatría, y desconocían las características del Islam. Como sabemos, el Islam conforma un sistema político, social, moral y religioso a la vez, cuyas leyes emanan todas de la fuente cristalina del mensaje. Por eso, para enseñar a esos pueblos (recién ingresados en el ámbito del Islam) los principios islámicos y cómo llevarlos a la práctica, se hacía necesario designar como autoridades a personas hábiles e instruidas, que pudieran presentar las ideas islámicas con inteligencia ásí como implementar con habilidad su política. Cuando el Profeta (B.P.) decidió abandonar la Meca para dirigirse a los territorios habitados por los clanes de Hawazan y Zaqif nombró a Ma‘ad Ibn Yabal, maestro de religión, para enseñar y orientar a los que allí quedaban. El gobierno, la administración de la ciudad y la dirección de la oración los encomendó a Uttab Ibn Usaid, un musulmán competente. A su regresó y tras permanecer durante quince días en la ciudad de la Meca, el Profeta (B.P.) debió prepararse para emprender una nueva misión.
En aquellos días el enviado de Dios contaba con 12.000 combatientes. 10000 de ellos vinieron con él desde Medina y participaron en la conquista de la Meca. Los 2.000 restantes eran los jóvenes quraishitas recientemente islamizados bajo el liderazgo de Abu Sufián. El ejército era tan grande que no tenía precedente entre los árabes; realmente inigualable. Pero precisamente su gran número constituyó el factor de su fracaso en la primera etapa de la batalla de Hunain ya que, contrariamente a los combates librados anteriormente, los musulmanes se habían enorgullecido de su número, olvidando las tácticas militares.
En cierto momento Abu Bakr hechó una mirada hacia las filas y dijo: “No fracasaremos, nuestros soldados superan varias veces el número de nuestros rivales”. No obstante él no tuvo en cuenta que el principal factor del triunfo en el combate no es tener un elevado número de hombres, y que incluso ese detalle es insignificante si lo colocamos frente a la causal verdadera. Esto nos lo señala el Sagrado Corán cuando dice: “Por cierto que Dios os habria secundado en muchos campos de batalla, lo mismo que el día de Hunain, cuando os ufanabais de vuestra mayoria, que de nada os sirvió, y que la tierra con toda su amplitud os pareció estrecha para emprender la fuga”. (9:25)
El velo es un valor de acuerdo con la naturaleza del ser humano
El velo es un valor de acuerdo con la naturaleza del ser humano. El exhibicionismo y el aumento de las relaciones íntimas entre los sexos es una acción en contra de la naturaleza, ya que contradice las peticiones humanas.
Dios, el Supremo en pro de la vida de la pareja formada por el hombre y la mujer y para que ellos puedan administrar sus asuntos en esta vida, ha establecido una orden correspondiente a su naturaleza. Dicho orden contiene una serie de tareas y derechos para cada uno. Por ejemplo, el velo que debe respetar la mujer es más estricto que el del hombre. Seguramente, el hombre ta mbién debe respetar el velo cubriendo ciertas partes de su cuerpo, pero el velo considerado para la mujer es más completo. ¿Por qué es así? Porque la belleza y la delicadeza de la creación están en la naturaleza, las características y la ternura de la mujer, si queremos evitar las convulsiones y las corrupciones en la sociedad, debemos mantener con el velo a las mujeres. En esta misma dirección, el hombre no es absolutamente igual que la mujer, por lo cual tiene una mayor libertad. Esta regla proviene de la situación natural de los sexos y lo que existe en la visión divina para la administración del universo
La casa de Fátima (P) y sus virtudes
En un hadiz mencionado en las fuentes shiítas y sunitas, se afirma que el Profeta (P) presentó la casa de Fátima y Alí como uno de los mejores ejemplos de las casas mencionadas en el siguiente versículo:
“En casas que Dios ha permitido que sean elevadas y en las que es recordado Su nombre. En ellas Él es glorificado mañana y tarde". En las casas que Dios ha dado permiso para que sean exaltadas y se mencione su nombre en ellas. En esas (casas) le rezan todas las mañanas y todas las tardes.”
Se ha narrado que el Profeta (PBD) recitó este versículo en la mezquita, en ese momento una persona se puso de pie y dijo: “¡Oh Mensajero! ¿Cuáles son estas casas con tanta importancia?” El Profeta dijo: “¡Son las casas de los profetas!”
En este momento, Abu Bakr se puso de pie, y mientras señalaba la casa de Alí (P) y Fátima (P), dijo: “¿Es esta casa una de las mismas casas?” y el Profeta le respondió: “Sí, es la más virtuosa de estas casas”.
El Profeta Muhammad (PBD), cuando salía de su casa para realizar la oración, solía ir a la casa de su hija Fátima (P), le saludaba a ella y a su esposo Alí (P) y recitaba esta aleya del Corán:
“Ciertamente, Dios quiere apartar de vosotros Ahlul-Bait la impureza y purificaros absolutamente.”
En Medina, solo había una casa que el Mensajero de Dios (PBD) amaba. Esta casa era el lugar de descenso y ascensión de los ángeles divinos día y noche. El Profeta (PBD) respetaba tanto esta casa hasta tal punto que no entraba en ella sin permiso. La casa que es alabada por Dios con majestad y grandeza, debe ser respetada por los musulmanes.
Pero lamentablemente, después del fallecimiento del Profeta (PBD) ¿hasta qué punto se consideró la santidad de esta casa?
Fátima es parte de mí, quien la moleste me ha molestado a mí
Casi todas las virtudes mencionadas en los libros shiítas sobre la señora Fátima al-Zahra (P), ta mbién se encuentran en los famosos libros sunitas.
Como ejemplo, los hadices relacionados con la santidad de la familia del Profeta, especialmente su hija la señora Fátima al-Zahra (P), se han mencionado con frecuencia en las fuentes sunitas; Todo esto indica el alto estatus de la señora Fátima al-Zahra (P) ante Dios, y el alto nivel de su infalibilidad, sinceridad y fe que no es comparable con nadie.
En Sahih al-Bujari, que es la fuente de hadices más aceptada entre los sunitas, leemos lo siguiente: El Santo Profeta (PBD) dijo:
“Fátima es parte de mí, quien la moleste me ha molestado a mí”.
Y ta mbién leemos en el mismo libro: El Profeta Muhammad (PBD) dijo: “Fátima es parte de mi cuerpo, quien la moleste me ha molestado a mí, y quien le hace daño me ha hecho daño a mí”.
Este hadiz es mencionado ta mbién en Sahih Muslim, uno de los más auténticos libros de hadices para los sunitas.
El significado del hadiz es que Fátima (P) es parte de la existencia del Profeta (PBD) tanto física como espiritualmente. Es obvio que esta expresión no es solamente para expresar el amor de un padre por su hija, porque el Profeta como el “Mensajero de Dios” no dice nada sino lo que Dios quiere, y la relación entre el complacencia de Fátima (P) con la complacencia de Dios y del Profeta (PBD) es que ella fue completamente sometida ante la voluntad de Dios. Por lo tanto, en otra narración, el Profeta (PBD) dice: “Oh Fátima, Ciertamente, Dios se enoja con tu enojo y se complace con tu complacencia.”
Según esta narración, quien molesta a Fátima (P) ya ha molestado al Profeta Muhammad (PBD), y las aleyas del Corán han explicado el castigo de aquellos que molestan al Profeta (PBD). En una aleya coránica se dice:"En verdad, a quienes molesten a Dios y a Su Mensajero, Dios les maldecirá en esta vida y en la otra, y les tendrá preparado un castigo humillante.”
Y en otra aleya se declara:
“Y para quienes molestan al Profeta (PBD) hay un castigo doloroso.”
El status de la señora Fátima (P) en la Resurrección
En otro relato de la tradición profética, se menciona que: “Yo (el narrador) escuché que el líder de los creyentes, Alí ibn Abi Talib (P), decir que un día el mensajero de Dios, visitó a Fátima (P) cuando ella estaba triste. Él le dijo: ¿Por qué estas triste, oh hija mía? Ella contestó: ¡Oh padre! He pensado en la expulsión desde las tumbas, cuando todas las personas estarán desnudas en la resurrección, él dijo: ¡Oh hija mía! Es en verdad un día importante, pero Gabriel (P) me comunicó de parte de Dios, la Dignificada Majestad, que Él dijo:
El primero por el cual la tierra explotará en dos partes en la resurrección seré yo, luego mi padre Abraham (P), luego tu esposo Alí ibn Abi Talib (P), luego Dios enviará a Gabriel (ángel) con setenta mil ángeles quienes harán cúpulas de luz sobre tu tumba, luego Israfil (ángel) te traerá tres vestidos de luz y permanecerá cerca de tu cabeza y te llamará: ¡Oh Fátima, hija de Muhammad! Levántate por tu expulsión. Luego te levantarás a salvo de cualquier temor y tu privacidad será cubierta. Israfil te dará los vestidos, los cuales tú usarás. Luego Rafael (ángel) te traerá una montura de luz cuya brida está hecha de perlas húmedas y que tiene un abanico dorado. Tú lo montarás y Rafael sostendrá las riendas. Enfrente de ti estarán setenta mil ángeles sosteniendo las banderas que glorifican a Dios Exaltado sea.
Cuando te canses, setenta mil Uríes (hermosas mujeres del paraíso) te recibirán. Feliz de mirarte cada una estará sosteniendo un incensario de luz, emitiendo, sin fuego, el dulce aroma de incienso de aloe, y usando una corona de joyas adornado con perlas. Ellas te escoltarán a tu derecha.
Cuando tú avances una distancia hasta el lugar donde se encuentran las Huríes, María la hija de Imrán, te recibirá con su comitiva, un número de Huríes similar al tuyo. Ella te saludará y luego te escoltará con su comitiva a tu izquierda.
Luego tu madre Jadiya (P), la hija de Juwailed, y la primera mujer creyente en Dios y su mensajero, te recibirá con una comitiva de setenta mil ángeles que sostienen banderas que exaltan a Dios Altísimo. Cuando tú te acerques a esa congregación Eva te recibirá con setenta mil Huríes y Asiya (P) la hija de Muzahim. Ellas juntas te escoltarán hasta que estés en medio de la congregación.
Dios Todopoderoso reunirá todas las criaturas de pie en una hilera. Luego un anunciador desde abajo de su trono llamará, para que cada criatura escuche, que: bajen su mirada hasta que Fátima la hija de Muhammad y quien quiera que con ella este pase. Nadie te mirará excepto Abraham (P) el amigo de Dios, y Alí ibn Abi Talib (P). Adam (P) pedirá ver a Eva (P), y él verá junto a ella, a tu madre Jadiya (P) frente a ti.
Un púlpito de luz con siete escalones será ubicado para ti. Habrá filas de ángeles de un escalón a otro sosteniendo banderas de luz. Las Huríes se harán en fila a lado y lado del púlpito. Las más cercanas (a ti) de las mujeres a tu izquierda serán Eva y Asia (P). Cuando llegues a la cima del púlpito, Gabriel (ángel) vendrá y dirá: ¡Oh Fátima! Pide lo que quieras.
Tu dirás: ¡Oh Señor! Muéstrame a Hasan y a Hussein (P) entonces ellos vendrán. Tu hijo Hussein (P) estará sangrando. Él dirá: ¡Oh Señor! Toma hoy mi derecho de aquellos que fueron injustos conmigo. El Exaltado se enojará y por Su ira, el infierno y los ángeles ta mbién se enojarán. El infierno exhalará. Un regimiento saldrá del fuego y recogerá a los asesinos de Hussein (P), sus hijos y nietos. Ellos dirán: ¡Oh Señor! Nosotros no estábamos presentes en el asesinato de Hussein (P). Dios ordenará a los ángeles del castigo que los reconozcan por sus marcas, miradas tristes (de temor) y rostros oscuros (empañados) para que los agarren por sus copetes y los arrojen al nivel más bajo del fuego. Ellos fueron más duros con los seguidores de Hussein (P) que sus padres, quienes lucharon y asesinaron a Hussein (P). La inhalación en el infierno será escuchada.
Luego Gabriel dirá: ¡Oh Fátima! Pide lo que quieras. Tu dirás: !Oh Señor! Mis seguidores (shiitas). Dios dirá: los he perdonado. Tú dirás: ¡Oh Señor! Los seguidores de mis hijos. Dios dirá: los he perdonado. Tú dirás: ¡Oh Señor! Los seguidores de mis seguidores. Dios Exaltado sea, dirá: ¡Anda! Quienquiera que se refugie contigo estará contigo en el paraíso. Entonces todas las criaturas desearan haber sido Fatimíes. Tú avanzarás con tus seguidores, los seguidores de tus hijos y los seguidores del líder de los creyentes. A salvo y sin temor, con sus partes privadas cubiertas, concluidas sus dificultades, facilitado su destino.
Cuando tu llegues a la puerta del paraíso, doce mil Huríes, quienes nunca antes recibieron a nadie ni recibirán a nadie después de ti, te recibirán, sosteniendo lanzas de luz, cabalgando en carruajes de luz con sillas de oro amarillo y rubí, y riendas de perlas húmedas, en cada carruaje hay un almohadón hecho de seda bordada embellecida.
Cuando tú entres al paraíso, sus personas vendrán a ti, comedores hechos de joyas serán puestos en astas de luz para tus seguidores. Tus seguidores comerán de estas mesas mientras las personas están en el recuento. “… y permanecerán en aquello que sus almas deseaban” (21:102)
Una vez que los santos de Dios estén acomodados en el paraíso, Adán (P) y el resto de los profetas te visitarán.
En la parte oculta del estrecho del paraíso, hay dos perlas del mismo nácar (madre de las perlas), una perla blanca y una perla amarilla. Ellas contienen palacios y casas. Las casas blancas son para nosotros y nuestros seguidores y las casas amarillas son para Abraham (P) y su progenie.
Ella dijo: Entonces, no me gustaría ver tu día (de tu muerte) ni permanecer después de ti. Él dijo: ¡Oh hija! Gabriel me comunicó de Dios Todopoderoso que tu serás la primera de mi progenie en seguirme. ¡Ay de todos aquellos que cometan injusticias en contra tuya, y gran recompensa es para aquellos que te apoyen.
(El narrador) dijo: siempre que Ibn Abbas relataba esto, él recitaba el siguiente verso:
“Y aquellos que creen y cuya prole los sigue en la fe… Nosotros los unimos con su prole y no los privaremos de nada de su obra. Cada hombre es responsable por lo que hace .” (52:21)