pagando el precio de la ocupación
El bloqueo y la ocupación de la Franja de Gaza por parte de Israel afecta a todas las personas que habitan en Gaza en todos los aspectos de su vida diaria. En el caso de las mujeres, el desempleo, la segregación en el mercado laboral, la violencia de género, la escasez de medicamentos y la fractura de los sistemas de apoyo tienen graves implicaciones para su salud. Durante los últimos años, los principales indicadores de salud han permanecido estancados o han continuado deteriorándose.
El primer dato a tener en cuenta para comprender la precaria situación de la salud de las mujeres en la Franja de Gaza es la pobreza. Los datos que presentan diferentes organismos palestinos o internacionales no coinciden completamente, pero todos sitúan a la población de Gaza como una de las que sufren en el mundo condiciones de pobreza más graves.
Uno de los últimos informes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) apunta a que el 28 por ciento de la población de Gaza vive en condiciones de pobreza y un 75 por ciento de los hogares depende de la asistencia humanitaria. El dato de la brecha salarial deja patente la gran desigualdad entre mujeres y hombres: las mujeres que logran un empleo cobran un 30 por ciento menos que un varón por las mismas funciones.
Según los datos que maneja actualmente la Union of Health Work committees (UHWC), un seis por ciento de la población femenina de Gaza está viuda; mientras un 1,3 por ciento son mujeres divorciadas y un 0,2 por ciento son separadas. Las familias encabezadas por mujeres constituyen un 9,6 por ciento. El tamaño medio de las familias es de 6,3 personas y la tasa de fertilidad es de 4,9 hijos. El porcentaje de mujeres que se casan entre los 14 y los 17 años de edad es del 37,9 por ciento, cifra que se reduce al 2,2 en el caso de los varones