La vestimenta, un regalo divino
Indudablemente, en concordancia con las características psíquicas y físicas del hombre, la creación de ropas y vestimentas y el vuelco natural hacia ellas se considera una de las gracias y regalos divinos.
Dice el Generoso Corán en cuanto a la creación de la vestidura:
«¡Oh, hijos de Adán! Hemos hecho bajar para vosotros una vestidura para cubrir vuestra desnudez y para ornato. Pero la vestidura del temor de Al·lah, ésa es mejor. Ese es uno de los signos de Al·lah. Quizás, así, se dejen amonestar».
Algunos exegetas han interpretado “el descenso de la vestidura” como que Dios, por medio de hacer descender la lluvia, hace crecer plantas de algodón de la tierra y cría los ganados a fin de que los seres humanos confeccionen sus vestimentas con su algodón, lana y pieles, y de esa manera, por un lado se cubran a sí mismos, y por otro lado se engalanen. Naturalmente este tipo de vestiduras solo cubren el cuerpo de la persona, y eso no es suficiente. Lo que otorga valor real al espíritu humano es la vestidura de la piedad, vestidura que adorna el espíritu del ser humano.