El Último Profeta y el Hombre Universal 4
El Profeta (BPD) participó en la vida social en todo sentido. Se casó, tuvo descendencia, fue un padre y de este modo fue el gobernador y juez y ta mbién tuvo que luchar en muchas guerras en las que vivió experiencias dolorosas. Tuvo que pasar muchas penurias y experimentó todo tipo de dificultades como cualquier ser humano, especialmente como el fundador de lo que implica un nuevo estado y sociedad. Pero dentro de todas estas actividades, su corazón descansó en la satisfacción con el Divino y continuó hacia adentro a responder en la Paz Divina. De hecho, su participación en la vida social y política precisamente fue integrar este dominio dentro de un centro espiritual.
El Profeta (BPD) no contempló en lo absoluto ninguna ambición política o de su interior. Por naturaleza, él fue alguien quieto; antes de ser escogido como profeta él no quería frecuentar reuniones sociales ni actividades. Dirigió una caravana de Meca a Siria pasando a través del silencio majestuoso del desierto cuyos “infinitos” inducen al hombre hacia la contemplación. Con frecuencia, dedicaba períodos de tiempo en soledad y meditación en la cueva de “Hira”. Él mismo no creía ser por naturaleza un hombre del mundo o uno que naturalmente se inclinó a buscar el poder político entre los Quraysh o las eminencias sociales en Meca, aunque llegó de una familia muy noble. De hecho, fue muy doloroso y difícil para él aceptar la carga de la profecía que implicó la fundación, no solo de una nueva religión, sino ta mbién un nuevo orden social y político. Todas las fuentes tradicionales, las cuales solo en este asunto testifican la gran privación que el Profeta (BPD) experimentó al ser escogido para participar en la vida activa en su más forma aguda. Estudios modernos sobre la vida del Profeta (BPD) describen que es totalmente falso el hecho de que disfrutaba luchar en las guerras y de hecho, un cambio completo de la personalidad real del Profeta (BPD). Inmediatamente después de la recepción de la primera revelación el Profeta (BPD) confesó a su esposa, Khadiyah (P), lo difícil que fue para él aceptar la carga de la profecía y lo aterrado que estaba por lo que implicaba tal misión.