El propósito de la creación del ser humano
وَنَضَعُ الْمَوَازِينَ الْقِسْطَ لِيَوْمِ الْقِيَامَةِ فَلاَ تُظْلَمُ نَفْسٌ شَيْئاً
«Y disponemos las balanzas con equidad para el día de la Resurrección, de forma que ningún alma será oprimida en absoluto».
El propósito de la creación del ser humano
Dios creó al ser humano, y tuvo un propósito en especial para crearle y originarle, que consiste en hacerle llegar a la perfección humana que le es pertinente, la cual se concreta a la sombra de la adoración y obediencia a Dios.
Cada vez que, para que el ser humano pueda alcanzar el objetivo, ello dependa de una serie de preliminares, Dios, Glorificado Sea, ha dispuesto esos preliminares y le ha facilitado el camino para llegar al objetivo; de otra manera, la creación del ser humano hubiera sido vana y carente de objetivo.
A partir de esto, Dios envió a Sus Profetas y Mensajeros, y les proveyó con las evidencias y los milagros. Así ta mbién, para provocar el anhelo por obedecer a Dios en Sus siervos, y para precaverles de desobedecerle, incluían en sus Mensajes Su promesa de recompensa y castigo.
Esto que se dijo, es en resumen lo que en palabras de los adlîîah (los partidarios de la Justicia Divina) se denomina “regla de lutf (benevolencia divina)”, la cual es una de las derivaciones de la regla de “lo racionalmente bueno y malo”, y que ta mbién constituye la base y el punto de partida de muchas cuestiones y asuntos doctrinales.