El gobierno de la Wilayat al-Faqih (jurista y jurisprudencia) 3
La Wilāyat es una parte de la marya’iat en la cultura Shi’ah. Los grandes marāyi’ no únicamente guiaron al pueblo con respecto a la Ley Divina, sino que ta mbién en problemas particulares de la sociedad —inclusive asuntos domésticos. Pero si separamos los dos asuntos y asociamos a la Wilāyat con la marya’iyyat, entonces surgen los siguientes interrogantes:
¿Es permitido separar la marya’iyyat de la Wilāyat? En otras palabras, ¿Es posible que un individuo sea aquel a quien la gente se dirige en asuntos generales de la ley en tanto que otra persona sea el líder de la nación islámica?
Si suponemos que es permitido, entonces ¿Es posible tener varios marāyi’ y varios líderes? ¿Hay alguna diferencia entre ellos al respecto?
Si es viable separar al marya’ del líder, ¿Sería posible seguir a otro además del líder en las leyes concernientes a la sociedad y el individuo?
Antes de responder estas preguntas, es necesario dar una breve explicación acerca de la fatwa (edicto) que emiten los líderes.
Cuando el jurisprudente se remite a las fuentes de la religión para deducir una norma o ley de Al-lah (s.w.t), con respecto a un problema específico y utiliza técnicas especiales que existen para obtener dichas leyes, a todo esto se le denomina emitir o dar una “fatwa”. Cuando el líder se concentra en las leyes generales de Dios, los diferentes sistemas en el Islam, y las condiciones de la época, y conforme a estas delinea la responsabilidad de una persona o grupo específico con respecto a un asunto determinado, a esto se le llama “dar un hukm” (dar un juicio). Al hacer esto, no solamente le presta atención a las normas generales del Islam y a las elevadas aspiraciones de la religión sino ta mbién a las condiciones específicas que existen en dicha época. Siempre y cuando existan esas condiciones, la orden emitida por él o su representante debe cumplirse. Por supuesto, desde el punto de vista de la Ley, las normas de Al-lah (s.w.t) y los edictos del jurisprudente que cuentan con todas los calificativos necesarios, ta mbién deben cumplirse, así como las normas del líder, pero con la diferencia que las normas del jurisprudente son obligatorias únicamente para él y sus seguidores, en tanto que todos deben seguir las órdenes del líder.