el creyente, observa al mundo con ojos de lección
Respecto a la forma de enfrentar al mundo, dijo:
¡Oh, gente! Las mercancías del mundo prohibido se asemejan a los pastos secos y enfermos de cólera, entonces aléjense de ese pastizal, ya que dejarlos es más placentero que tenerles confianza, y tomar del mundo lo necesario es mejor que juntar una gran riqueza.
Aquél que tomó demasiado del mundo se ve condenado por la pobreza, y aquél que se mantuvo satisfecho se encuentra en la tranquilidad. Y aquél que los adornos del mundo atraen su atención se ve afectado por la ceguera interna, y aquél que se enamora del mundo prohibido su alma y corazón se llenan de tristeza, y las tristezas y congojas bailan en su interior para que por un lado lo entretengan y por otro lo dejan al olvido, hasta el grado en que le aprieten la garganta y muera en la soledad, las venas de la vida han sido cortadas para él y terminar con él es fácil para Dios, entonces sus amigos lo echan a la tumba.
Pero el creyente, observa al mundo con ojos de lección, y toma de éste únicamente lo que necesita, y considera enemigo a las tentaciones del mundo ya que inmediatamente después de que dicen “se ha vuelto inversionista” dicen “ha empobrecido”, cuando en vida lega a sentir felicidad la muerte lo pone triste, y estas tristezas no son nada comparadas con las turbaciones y decepciones que endrán (en la otra vida).
Nahyul Balagha, Dicho 369