devoción y sumisión ante Dios
Qutaibah uno de los compañeros del Imam Ya’far Ibn Muhammad Al-Sadiq (P) narra:
Un día fui a casa del Imam para visitar a su hijo que estaba enfermo. Encontré al Imam en la calle preocupado y pensativo. Le pregunté acerca de la salud de su hijo y me contestó: “¡Juro por Dios que se nos va!” El Imam (P) entró a su casa y después de unos minutos salió de nuevo. Su aflicción se había calmado. En ese momento sentí alegría y esperanza; pensé que había pasado el peligro de la enfermedad. Nuevamente pregunté por el estado de salud del niño. Me respondió: “Ha dejado este mundo”. Con admiración exclamé: “¡Ofrezco mi vida por ti! Mientras él estaba con vida estabas triste y afligido, y ahora que ha muerto ¿no estás triste?” Contestó: “Nosotros somos de una familia que mostramos nuestra aflicción antes de la tragedia, pero cuando acontece lo dispuesto por Dios nos resignamos y aceptamos la decisión del Creador”