LAS LEYES PRÁCTICAS DEL ISLAM
“LAS LEYES PRÁCTICAS DEL ISLAM”
Según el Ayatollah Sayed Alí Jameneî
Qué son las leyes prácticas :
Son unas series de reglas y mandatos en relación con las acciones de los seres humanos; ya sea en su vida personal o en sus conductas sociales
La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán Sura al-Ijlâs (El Monoteísmo) - Nº 112/4
Dijo el Imam Baqer (P): “Ahad y Uahid son sinónimos, Dios es Único al que nada se asemeja. El tauhid (monoteísmo) es su testimonio.”[12]
El día de la batalla de Yamal (camello), un beduino preguntó: dime, Príncipe de los creyentes (P), afirmas que Dios es Uahid, ¿qué significa Uahid en realidad?; pronto empezaron las objeciones de la gente: ¡Oh, tú beduino!, ¿cómo haces esas preguntas en estos momentos? ¿No te das cuenta que el Príncipe de los creyentes, está pensando en la batalla? ‘Alî (P) dijo: -No, no es como creen, pues lo que él desea saber, es justamente lo que nosotros deseamos sepan y acepten nuestros oponentes.
Y luego agregó: “¡Beduino! Afirmar que Dios es Uahid, puede abarcar cuatro significados, de los cuales dos son incorrectos. Los incorrectos son “Uahdat ahadí” (unicidad numérica) y “Uahdat nu’í” (unicidad específica). En cuanto a la primera, si sostenemos que Dios es uno y no es dos, sería incorrecto dado que Dios no constituye un número y tampoco podemos imaginarle un segundo. ¿Por ventura no reflexionan en que Dios, considera incrédulo a quienes dicen Dios es el tercero de los tres?
En cuanto al segundo significado incorrecto, se debe a que jamás podríamos comparar a Dios, por ejemplo con la especie humana, puesto que no pertenece a ninguna especie. El Altísimo, es superior a cualquier comparación que pueda hacérsele. Lo correcto es decir que Dios es Uahid y que no tiene igual en todo el orbe. Y verdaderamente nuestro creador, es así. Ta mbién es correcto afirmar que nuestro creador es “Ahadiiul ma’na”, es decir que su esencia es indivisible[13]. Que Dios no tiene copartícipes, es un ser infinito en todos los aspectos y es imposible imaginar, que existan dos seres infinitos, puesto que ambos, en tal caso, deberían ser limitados, uno no tendría las cualidades del otro, ni el otro las del primero.
[12] Bihâr al-Anwâr, t. 3, p. 222.
[13] Bihâr al-Anwâr, t. 3, p. 206, hadiz 1
La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán Sura al-Ijlâs (El Monoteísmo) - Nº 112/3
Dijo el Príncipe de los Creyentes (P): “Al·lâh, es el adorado por excelencia. Es Aquél, por Quien las criaturas quedan atónitas y a Quien las criaturas aman. Al·lâh, es Aquel a Quien los ojos no pueden percibir, ni el pensamiento puede imaginar. ” [11]
Algunas veces, se afirma que es un derivado de “Ilâhah”, que significa adoración y que en el origen era “Al-Ilâh”, que significa “el único que verdaderamente merece ser adorado”. De todos modos, sea cual fuese su raíz, posteriormente ha sido utilizado como nombre propio, y hace referencia a aquella “Pura Esencia”, que abarca todos los atributos de perfección, y que está exenta, de toda imperfección y defecto.
En conclusión, cualquiera fuere su raíz, lo cierto es que se ha convertido, en el nombre propio de Dios y que alude a un ser completo, a un ser provisto de los más perfectos atributos y exento de cualquier imperfección.
Este sagrado nombre, ha sido citado unas mil veces en el Generoso Corán. Ninguno de sus otros epítetos, ha sido tan mencionado. Es una denominación que ilumina el corazón, brinda al hombre paz y sosiego y lo sumerge en un mundo de luz y resplandor.
2. El vocablo “Ahad”, es un derivado de la raíz “Uahdat” y significa único. “Uahid”, es un sinónimo y ambos términos, van dirigidos a un ser único desde todos los ángulos: único en lo que a ciencia respecta, único en poder, en clemencia y en misericordia.
Algunos sabios, creen que existe una diferencia entre ambos términos, sin embargo, su versión contradice al generoso Corán y a los hadices.
[11] Ídem.
La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán Sura al-Ijlâs (El Monoteísmo) - Nº 112/2
Dijo el Príncipe de los Creyentes (P): “En vísperas de la batalla de Badr, soñé con el “Jidr” y le pedí que me enseñara algo que me ayudara a vencer al enemigo. Él me dijo: “iâ hua, ia man lâ hua il·la hua”. – “Di: ¡Oh, El! ¡Oh Aquél que no tiene semejante!”. Al despertar por la mañana relaté el sueño al Enviado de Dios (PB) y me dijo: “‘Alî, te ha enseñado el más grandioso Nombre de Dios”. Luego de la batalla aquella frase quedó prendada en mi lengua.” [9]
Cuando ‘Ammâr Iâser, escuchó estas palabras del Príncipe de los Creyentes preguntó: “¿Qué son esas palabras?”. ‘Alî (P) respondió: “Es el gran Nombre de Dios y la columna del Monoteísmo.”[10]
1. La palabra “Al·lâh” es la denominación peculiar que se utiliza para Dios. En ella, han sido sintetizados todos sus bellos atributos. Cabe destacar que esta denominación, sólo se utiliza para referirse a Él, mientras el resto de ellas, señalan cada uno de sus atributos. Asimismo, es costumbre nombrar con ellos a muchos seres humanos, por ejemplo: Rahîm, Karîm, ‘Âlim, Qâdir, etc.
La palabra “Al·lâh”, es un derivado de un adjetivo calificativo cuyo origen, es “Ualah” que significa: estupefacción, desorientación y confusión. Esto sería debido a que las mentes se desorientan, cuando reflexionan sobre la pura Esencia Divina.
[9] Ídem, p. 222.
[10] Ídem.
No hay enfermedad incurable
El Profeta del Islam (PBD) dijo:
*ما انزَلَ الله من داء الا جعلَ لَه دواء*
Traducción :
“Dios no ha creado ninguna enfermedad a menos que haya creado un remedio para ella.”
(Ref. NahyulFasahah)
Breve descripción
El mundo en el que vivimos consta de una serie de acciones y reacciones. Para cada poder negativo hay una correspondiente potencia positiva y correctiva que debe ser encontrada y utilizada. De hecho, la continuación de nuestra vida es el efecto del equilibrio entre estos poderes. Tomando en consideración
este hecho, se puede afirmar que no existe una enfermedad corpórea incurable, ni hay problema social que no pueda ser resuelto. Aquellos que asumen que ciertos problemas complejos no tienen solución o que algunas enfermedades no tienen cura,no saben este hecho importante; es decir que no hay ninguna enfermedad incurable.
Por lo tanto, la gente no debe rendirse frente a los problemas; sino que debe perseverar y seguir trabajando con paciencia en las dificultades de la vida hasta que se encuentre una solución.
Extraído del libro: Ciento cincuenta lecciones para la vida